Es raro pero sucede, las cosas más bellas provienen de donde menos lo esperas, especialmente cuando nada esperas, es hermoso, relajante y sobretodo es precioso.
Y así, hay de las mañanas espléndidas en las cuales te asomas a la ventana y con el sol que te ilumina el rostro piensas: ¡Buenos días, mi huevo!
[Diario de un insospechado psicópata]