Y así, hay de las mañanas espléndidas en las cuales te asomas a la ventana y con el sol que te ilumina el rostro piensas: ¡Buenos días, mi huevo!
[Diario de un insospechado psicópata]
Y el día pasó entre sol, viento, charlas, tuercas, grasa, resortes, soportes polvo y olor de solvente en las manos... Una poesía del buen viejo trabajo manual...