Hoy, la palabra silenció llenó mi estancia,
acarreando los fonemas más dulces
entre el saber y el miedo acogedor
que enfurecido vive en mi alma gris
y roja y verde y azul la que ven mis ojos,
silenciosos observadores del temor,
silenciosos escrutadores del tedio,
simples paradigmas de un inútil existir.
31 marzo 2013
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La verdad, no me siento mal ni lamento el hecho que: la madre de los imbéciles este siempre preñada, así se asegura la presencia de suficientes de estos ejemplares para recordarme de que no lo soy.
En fin, los imbéciles son necesarios para distinguir a quienes no lo son...